2 Corintios 4 - La Biblia Versión Internacional (1984)

Libro de 2 Corintios
Capitulos:

12345678910111213

1 - Por esto, ya que por la misericordia de Dios tenemos este ministerio, no nos desanimamos.

2 - Más bien, hemos renunciado a todo lo vergonzoso que se hace a escondidas; no actuamos con engaño ni torcemos la palabra de Dios. Al contrario, mediante la clara exposición de la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana en la presencia de Dios.

3 - Pero si nuestro evangelio está encubierto, lo está para los que se pierden.

4 - El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

5 - No nos predicamos a nosotros mismos sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores de ustedes por causa de Jesús.

6 - Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas,* hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.

7 - Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.

8 - Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados;

9 - perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.

10 - Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo.

11 - Pues a nosotros, los que vivimos, siempre se nos entrega a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo* mortal.

12 - Así que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes la vida.

13 - Escrito está: "Creí, y por eso hablé."* Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso hablamos.

14 - Pues sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará también a nosotros con él y nos llevará junto con ustedes a su presencia.

15 - Todo esto es por el bien de ustedes, para que la gracia que está alcanzando a más y más personas haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

16 - Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día.

17 - Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.

18 - Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.